sábado, 8 de abril de 2017

Salir de tu zona de confort

El otro día tuve una conversación con una amiga, mayor que yo unos diez años, que me hizo pensar en la famosa "zona de confort".

Os cuento un poco lo que pasó. Yo estoy estudiando moda, patronaje, corte y confección, sí las manualidades son lo mío. Bueno centrémonos. Pues resulta que mi amiga no se había enterado de esto y le empezó a entrar el gusanillo. Después de interesarse por toda la información, precio, que hacíamos en clase, mi horario, como acudía yo a la academia, si quedaría con ella para ir juntas... decidió que ella también quería realizar el curso. Hasta ahí todo bien, llama a mi academia y se ofrece como alumna eso si, en mi clase. Por desgracia el cupo de mi aula está completo y es imposible que entre otra persona ya que pagamos por grupos reducidos. Le ofrecen la alternativa de ir otro día y me llama para decirme que no se va a apuntar, la verdad que después de las ganas que se le veían me sorprendió bastante y claro curiosee para saber el motivo. Pues no es otro que el miedo, si tal cual, miedo. Su respuesta fue, cómo voy a ir yo sola hasta allí???? Pues supongo que del mismo modo que voy yo. Pero no, a ella el miedo le pudo y abandonó sin ni siquiera intentarlo.

Esta situación para mi es triste, ya se que cada persona es un mundo,  yo no soy el ejemplo de nada. Pero se que antes también deje de hacer cosas por miedo. En la vida muchas veces te acomodas en tu zona de confort y ale que pase la vida que yo la miro desde mi sofá. Hasta que un día dije, esto no es lo que yo quiero para mi. Qué me da miedo??? Entonces me daba miedo muchas cosas, cosas que a día de hoy llegan a ser un absurdo pero que antes era incapaz de hacer.

Os pongo un ejemplos.

Tengo el carné de conducir 10 años, hace 6 tuve un accidente de tráfico en el que mi coche quedó siniestro. Nunca acepte la posibilidad de que volver a conducir me diera miedo, pero es verdad que estuve 9 meses sin coger un coche. Siempre tenía una excusa para no hacerlo y en mi cabeza sonaba a algo convincente, un motivo real por el que no conducir, pero la única realidad es que no quería enfrentarme a mi miedo. Un día por fuerza mayor no me quedo más remedio os juro que temblaba pero era el miedo o yo y le gané la batalla. Me volví a acostumbrar a conducir por mi ciudad pero aún tenía miedo a coger carretera como yo le llamo.
El año pasado nos fuimos de viaje a Madrid en verano y mi amiga se llevó su coche, cuando íbamos de camino ella me pregunta si tengo carné y si conduzco, obviamente sí, pero no me esperaba que me fuera a decir,  pues conduce. Conduce????? Yo?????? Pues sí, lo hice, de hecho creo que ella en ningún momento notó mi miedo. Simplemente me dije venga que tu puedes.

Sé que os parecerá una chorrada todo esto, pero no es más que el reflejo de uno de mis miedos, superado.

Con todo esto me gustaría decir que abandonar nuestra zona de confort y hacer cosas que realmente nos apetece aunque nos de miedo siempre es interesante, que la vida está para vivirla. Tú decides que prefieres hacer.

1 comentario: