jueves, 28 de septiembre de 2017

Ir con un amigo a un club liberal

No puede evitar sentirme ansiosa, por fin iba a ir a un club liberal en compañía de un chico. En este caso de mi amigo. Me siento más nerviosa que la primera vez que fui y eso que con el tengo más confianza. 
Elegí para el encuentro un vestido negro que he hecho yo misma que por sí solo llama bastante la atención y realza mis curvas, acompañado de unos taconazos también poco comunes y un maquillaje sexy pero sin sobrecargar dándole un toque de color con el labial y las uñas rojas. 
Estaba arreglada como media hora antes de que viniera a por mi, de repente suena mi WhatsApp 
"Baja, ya estoy aquí" 
Respiré hondo un par de veces y lista.
De camino hacia el local me dio tiempo a relajarme, hablamos y me di cuenta que mientras estuviera con él podía estar tranquila si algo no iba como yo quisiera me sacaría de ahí. Siempre reconforta saber que puedes confiar en tu acompañante.

Llegamos a una buena hora en la que ya ha comenzado a llegar gente pero no demasiado tarde cuando ya se han hecho los grupitos. 
Nos recibió una chica muy encantadora, nos enseñó las instalaciones y nos explicó el funcionamiento del local. 
Fuimos a la zona de baile donde estaba aún casi todo el mundo relacionándose. Pedimos unas copas y nos sentamos en unos sillones observando el ambiente mientras entre risas íbamos comentando lo que nos iba pareciendo.
Se abrió la puerta e hizo su aparición un chico alto, moreno, no era especialmente guapo pero era tremendamente atractivo con unos bonitos labios que realzaban su sonrisa, unos ojos muy vivos y un cuerpo esbelto. 
Nada mas verlo le dije a mi amigo :
- Ese
Nos echamos a reír. 
Estábamos de acuerdo a él también le parecía atractivo. 
Ahora empieza lo difícil, ligarselo. 
Se podría notar como con su presencia había revolucionado a todas las personas que buscaban un chico solo para divertirse. 
Nosotros teníamos algo de ventaja, eramos los más jóvenes del sitio. 
Se pidió una copa, merodeo por la pista y finalmente se sentó bastante cerca de nosotros. 
De vez en cuando nos miraba y yo le regalaba una de mis sonrisas "tontas".  Una de las veces en las que nuestras miradas se encontraron mi amigo lo invito a tomarse la copa con nosotros. Aceptó la invitación se sentó junto a mi en el sillón. De cerca aún era mejor, tenía un olor irresistible.  
Comenzamos a hablar de cosas banales mientras flirteabamos sutilmente. Mi amigo se fue un instante a por otras copas dejándome sola con él y aproveche para sonsacarle que buscaba esa noche exactamente, por suerte era justo lo que yo quería. 
Cuando mi amigo volvió no pude controlar la emoción y lo besé, supongo que no se lo esperaba ya que me quedó un beso demasiado casto. Me humedecí un poco los labios y volví a besarlo y esta vez fue muy diferente, ardiente con un toque de lengua que me excito. Me giré a mirar al otro chico que nos observaba y sin pensármelo mucho me besó,  sí,  no me dejó tomar la iniciativa, su mano se perdía en mi pelo mientras la de mi amigo me acariciaba el muslo arrastrando mi vestido a su paso. La intensidad del beso había despertado algo en mi, me giré hacia mi amigo y esta vez le comí la boca literalmente. Nuestras lenguas jugaban entre sí, lamiéndose mutuamente,  buscándose, me separé lo justo para pasar despacio mi lengua por su labio y como la atrapaba mientras con pequeñas caricias me rozaba por encima del tanguita que se empezaba a humedecer. 
Me apoyo en el respaldo del sillón mirando a ambos y les digo:
-Ahora os toca a vosotros 
Se miraron fijamente y se fueron acercando hasta quedar delante mía.  No os podéis imaginar la sexualidad que emanan dos hombres heteros a punto de besarse y el morbazo de la situación que yo estaba disfrutando en primera fila. 
No se si era el alcohol o la escena en sí, pero, mi mente había dejado de tomar conciencia,  estaba embriagada de deseo. 
Durante un rato estuvimos basándonos entre los tres,  metiéndonos mano mutuamente. Cuando la cosa se puso muy caliente nos fuimos a una de las habitaciones a seguir en privado. 
Los tres nos subimos a la cama de rodillas, seguimos con basándonos mientras uno deslizaba su mano bajo mi tanguita y el otro me tocaba las tetas y yo comprobaba como iban a ser las pollas que me iba a comer. Estábamos excitadísimos y empezaba a sobrar la ropa. Mi amigo me quitó el vestido y hábilmente me despojó del sujetador. Cada uno se cogió a una teta tocándome a su estilo, mi amigo era más cuidadoso, jugando con mis pezones mientras que el otro chico era más brusco sin ser bestia. Me mordieron muy suave el pezón y pude notar una oleada de calor dentro de mi,  se escapó mi primer gemido a la par que empapaba la única prenda que aún me cubría. Estaban muy entusiasmados pero había llegado mi momento.  Salimos de la cama y empecé a desnudar a mi amigo, el otro chico ansioso lo hacía el mismo observándonos. Ya sólo le quedaba el bóxer que marcaba su erección. Mis dedos acariciaban la longitud de su polla mientras lo miraba y me mordía el labio. Me agaché para deslizarlo pero antes le pase la boca por encima, rozando dulcemente con mis dientes y por fin se lo bajé.  De repente tenía dos pollas delante de mi cada una diferente pero muy deseables la de mi amigo era más gruesa la otra un poco más larga. Cogí cada polla con una mano y los empecé a masturbar. 

PRIMERA PARTE!

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