jueves, 21 de enero de 2016

La chica de la cabaña

Estábamos un puente de escapada en una cabaña en la montaña mi nene y yo. Típico sitio donde hace mucho frío y nieva para que apenas te retires de la chimenea. El lugar era un sitio tranquilo con un conjunto de cabañas y un comedor en el que servían la comida. El lugar lo regentaban una familia compuesta por el padre, la madre y una hija de unos diecinueve años.
Prestaban un servicio de habitaciones, te adecentaban la cama el baño, esas cosas y podías ir al comedor siempre que quisieras.
Nos llamó la atención la hija de la familia, ¿qué hacía una chica tan joven en un sitio tan solitario? Como es de esperar no tenía amigos y apenas se separaba de los padres a menos que fuera al río o a limpiar alguna cabaña.
Es de suponer para que hicimos el retiro nosotros,  nos apetecía estar en un lugar remoto los dos solos disfrutándonos a cada instante. Sin apenas ropa.
En una de las veces que estábamos haciéndolo junto a la chimenea en el suelo de la sala, yo estaba situada arriba de él pero de espaldas, así mientras me penetraba me cogía de las tetas desde atrás. Me quedé observando la ventana y allí estaba ella, observándonos, no dije nada y continuamos a lo nuestro y ella desapareció enseguida. Se lo comenté a mi nene y ambos nos reímos.
Al día siguiente en el comedor nos cruzamos con ella y esta se ruborizo instantáneamente. El comedor constaba de una sala enorme distribuida con mesas y otra pequeñita, como muy íntima para dos comensales que nunca se utilizaba. Bueno pues a mi chico le apetecía que nos metiésemos allí y le hiciera una felación.
No puedo llegar a explicar lo que disfruto teniendo su miembro en mi boca, entre mis manos, él sabe que a esa petición nunca puedo negarme. Así que ambos nos metimos en la sala y entornamos la puerta, si así es, no cerramos del todo. Me puse de rodillas y empecé a meterle mano, le desabroché el botón del pantalón baje la cremallera con mis dientes mientras iba rozándole con mi nariz, bajé sus pantalones hasta los tobillos y juguetee con su polla y mis labios por encima del gallumbo. Francamente resisto poco, necesito poseerla enseguida. Se la saqué y la cogí entre mis manos, acariciándosela mientras empiezo a salivar.
Aún no me había metido su polla en la boca y ahí estaba ella, observándonos. Yo no me había dado cuenta, pero él si.
Dudó un instante y me preguntó: ¿la invitamos a qué se una? Joder estaba muy cachonda y me apetecía mucho guarrear, así que no dudé y le dije que sí.
Ambos le dijimos que pasara y cerrara la puerta, no tardó en unirse a nosotros.
Era un poco tímida e inexperta, sinceramente creo que nunca lo había hecho. Se arrodilló a mi lado y la animé a que le acariciara la polla, posó su mano temblorosa y con miedo en el miembro e imitaba lo que yo estaba haciendo, dejé que lo hiciera sola y le aconsejé que agarrara sin miedo, firmemente. Mientras observaba la cara de satisfacción de mi nene, adoro esa cara cuando algo lo está complaciendo realmente.
Yo ya no podía más necesitaba notar sus venas por mi lengua, mis labios, disfrutar de su erección. La chica iba imitando lo que yo hacía, cada una por un lateral de la polla empezamos a lamerla desde la base, hasta la punta, a mi me encanta lamer y succionar el frenillo y el glande, así que me apoderé unos segundos, para eso es mía.
Mientras se la llenábamos de babas nuestras lenguas se rozaban, nos lamíamos y nos besamos. Comencé yo a mamársela, posando mis labios mojados en su glande y poco a poco iba metiéndomela entera en la boca, me excita inexplicablemente chupársela, ejercer ese control sobre un hombre, dándole placer y obteniéndolo yo a cambio. Cuando le hago mamadas no tengo límites, cuanto más guarro más me gusta, me encanta notarla muy babeada e incluso escupir y restregárselo o que escupa él, pero en este caso le dejé a ella que lo hiciera y luego se la metiera en la boca cubriendo sus dientes con los labios. Al principio no le fue fácil aguantar las arcadas, no relajaba la garganta y apenas disfrutaba, así que me puse a sobarla. Tenía unas deliciosas tetas, grandes con unos pezones de un tono marrón claro, le estimulé los pezones con mis dedos y no pude resistir morderlos y chuparlos, gemía de placer contra la polla de mi nene. Le acaricié el cuerpo para que se relajara y tomé camino hasta su coño. Cuando metí la mano se estremeció de placer, y empezó a devorar la polla como yo quería, así que seguí con lo que estaba haciendo, estaba empapada y los dedos se me resbalaban por su clítoris, no podía dejar de moverse y ponerle más ganas a lo que hacía. Por la cara de mi nene sabía que estaba a punto de correrse, por lo que decidí estimularla para que pusiera más ganas. Gimió estremeciéndose, el clítoris le palpitaba. Hice que se corriera sólo con la estimulación del clítoris mientras el terminaba eyaculando encima de nosotras. Nos morreamos con la lefa que nos había salpicado en la boca.

Ella estaba dispuesta a llegar más allá, pero yo me negué en rotundo. 
Ya había tenido su orgasmo, ahora me tocaba a mí..

4 comentarios:

  1. Fantastico!!! ��������. Cada vez me gustan mas tus relatos. El unico pero,para mi gusto. Es que el prota, no tenga un nombre lo de "nene" a mi no me convence. Pero es sólo mi oponion y gusto personal.

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    1. Muchas gracias!!!! Lo uso por qué sea impersonal.. Si pongo nombre puede que se malinterprete.. Jajajaja

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  2. Ola, me "puees" decir "aonde" te metes?
    Me " tiess" preocupado...contesta plis.
    @bis......tal

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    1. Hola cielo!!! Pues he cancelado mi cuenta.. Mucho cúmulo de cosas y ya no podía más.. Te comento como anónimo por q mi móvil se raya.. Gracias por preocuparte.. ��

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